A pesar de los diversos equipamientos obligatorios (casco, guantes, gafas, zapatos de seguridad...) que debe llevar un operario de válvulas, los incidentes siguen siendo frecuentes en las industrias y municipios.
¿Por qué son arriesgadas estas intervenciones? ¿Cuáles son las causas de estos incidentes y cómo pueden reducirse?
Cada operador de válvulas está entrenado para tener un conocimiento profundo del entorno de la válvula (manejo, control, inspección). Esta capacitación es especialmente crucial cuando los trabajadores operan en zonas peligrosas.
Aproximadamente el 50% de las válvulas se accionan manualmente, en la mayoría de los casos el torque requerido es mayor que la capacidad del operador.
Para abrir una válvula a menudo es necesario ejercer un alto torque de torsión para iniciar el movimiento de la válvula, a menudo bloqueado por varios depósitos o por un uso demasiado infrecuente de la válvula, esta torsión puede ser a veces tan alta que el operador no puede abrir/cerrar la válvula por sí mismo. En este caso los riesgos son múltiples:
Cuando un operador opera una válvula sin herramientas, la válvula puede abrirse y cerrarse por juicio. Cuando el operario percibe que la fuerza sobre el volante es lo suficientemente alta, la operación se considera completa. Sin embargo, con el tiempo, las válvulas se desgastan y ya no requieren el mismo par. Por lo tanto, el cierre o la apertura de la válvula será incompleta, lo que puede conllevar riesgos y pérdidas para la empresa.
En varios casos, ya sea en la industria (petroquímica, minería...) o en los centros municipales de gestión del agua, es común encontrar válvulas de difícil acceso. El operario se encuentra en una posición incómoda y a veces tiene que girar un volante a través de una balaustrada por encima del vacío. En este caso pone su seguridad en riesgo y no puede llevar a cabo su tarea de manera eficiente y precisa.
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El operador de la refinería se enfrenta diariamente a tareas en un entorno en el que se procesan grandes cantidades de gas o petróleo. Estos productos son inflamables y explosivos pero también tóxicos y contaminantes, una simple fuga en una tubería puede convertirse en un incidente grave.
Algunas válvulas pueden guiar el flujo de gas inodoro, invisible y no irritante, si la válvula se maneja mal el operador puede estar en un ambiente donde se libera un gas altamente tóxico.
Algunas válvulas están acopladas a una caja de engranajes, la operación de apertura y cierre requiere un gran número de giros del volante. El trabajo es muy largo, repetitivo y físico. Este esfuerzo conduce necesariamente a la fatiga muscular de los operarios encargados de estas válvulas.
En el caso de un equipo mal mantenido, o cuando una válvula no se ejercita con la suficiente frecuencia, aumenta el riesgo de un fallo prematuro.
Sabemos que el entorno de los operadores es arriesgado, por lo que es necesario dar prioridad a la seguridad en la elección de las herramientas y las nuevas tecnologías a utilizar.
Existen soluciones para girar un volante a distancia a través de un sistema de poleas y cables largos. Estos sistemas, a veces muy caros, parecen ser la solución ideal para reducir los costos de las operaciones que a veces se realizan bajo el agua o en entornos inaccesibles. Pero esta solución no puede considerarse completa, ya que no garantiza la seguridad del operador.
De hecho, el sistema produce una resistencia significativa debido a la longitud de la cuerda y la fricción en las poleas. Esta resistencia es una dificultad adicional para el operador que tendrá que forzar más el volante, lo que lleva a corto plazo a dolores musculares y luego a trastornos musculoesqueléticos.
Es común ver a autodidactas que se meten en el negocio de la construcción de herramientas para ayudarles en sus tareas diarias. Crean herramientas de mano usando taladros neumáticos que generan un torque muy alto para girar sus válvulas más rápido. Sin embargo, estas herramientas no están diseñadas para ser fiables, y el operador tiene que contener la fuerza generada por la herramienta a distancia del brazo, lo que da lugar a un choque muy violento cuando la válvula llega al final de su recorrido (trastornos músculo-esqueléticos).
Esta herramienta se utiliza para generar un brazo de palanca más grande en un volante. Normalmente se usa en válvulas que son difíciles de operar, el usuario tiende a forzarlas demasiado. Esto lleva a una sobrecarga del volante, que puede torcerse, pero también a dañar la válvula. El operador tiene que ejercer mucha fuerza, lo que también puede provocar trastornos musculoesqueléticos.
Insertar una larga barra de metal a través del volante para girarla tampoco es una buena solución. Esto requiere mucho esfuerzo para el operador o los operadores que giran la válvula. Hay una gran cantidad de dolor en el codo para los operadores de válvulas que utilizan esta técnica. Además de la seguridad del operador, esta técnica es muy perjudicial para los volantes así como para las válvulas.
Hay muchas ideas, a veces simples y efectivas, pero siempre se hace un compromiso entre la seguridad del operador, la vida de la válvula y el tiempo de funcionamiento. En las industrias de alto riesgo, no es posible utilizar tecnologías poco fiables y/o de escasa dimensión.
La gama de actuadores modec ha sido diseñada para los operadores de válvulas. ¡La seguridad es nuestra prioridad! Son herramientas ingeniosas que permiten la seguridad del operador pero también de la instalación; y esto sin ningún compromiso en el rendimiento. Los actuadores modec son extremadamente eficientes y reducen considerablemente los tiempos de funcionamiento.
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