Gracias a su flexibilidad y adaptabilidad, los motores pueden utilizarse en distintos contextos y aplicaciones. En este otro artículo, explicamos cómo elegir el motor neumático correcto en tres etapas fáciles. Esto es crucial, ya que la productividad depende de ello. En este artículo, le proporcionaremos las claves para comprender los fundamentos básicos del motor que funciona con aire comprimido.
Se pueden disociar dos partes en un motor neumático:
La parte neumática se compone de un estator que contiene un rotor cerrado en sus dos extremos por dos bridas.
El espacio existente entre estas dos partes tiene forma de media luna y el rotor tiene muescas donde evolucionan las paletas.
Cuando el rotor funciona y gracias a la fuerza centrífuga, las paletas permanecen en contacto con la superficie interna del estator, lo que segmenta el espacio en cámaras, cada una de ellas contiene un volumen diferente de aire.
Dentro de la cámara de compresión del motor se inyecta aire bajo presión de 4 a 6 bares. Cada pared de esta cámara será sujeta, de este modo, a una fuerza proporcional a su superficie.
El rotor funciona gracias a distintas fuerzas que actúan en los bordes de las distintas superficies determinadas por la válvula. El volumen presente en la cámara de compresión aumenta, lo que repercute en la distensión del aire presente. Este proceso continuo permite una rotación constante del rotor.
Esta sucesión de puestas bajo presión provoca el funcionamiento del motor.
Con el fin de que el rotor funcione en la otra dirección, basta con cambiar el punto de entrada del aire.
El rotor funciona a una velocidad de unas 10 a 20.000 revoluciones por minutos (rpm) si está sujeto a una presión de 6 bares. La función del reductor consiste en adaptar esta velocidad y el torque a las necesidades de la aplicación. Así pues, la elección del reductor dependerá de la aplicación final del motor.
Cada motor es único ya que el resultado final depende de la combinación de los piñones. Esto da origen a una posibilidad infinita de velocidades y torques.
También es posible instalar varios niveles de reducción, de 1 a 5 según las gamas de motores neumáticos.
La relación entre la velocidad y el torque es muy importante y fácil de comprender. Cuando no hay carga, el torque es de 0 y, por consiguiente, la velocidad está a su máximo. Cuanto más aumenta la carga, más aumenta el torque y, por lo tanto, la velocidad baja.
Cuando la carga sobrepasa el torque máximo del motor éste “cala”: a este torque máximo se le llama el “torque de calado”.
Por tanto, los motores neumáticos pueden calibrarse con distintos ajustes (torque/velocidad) en muchas aplicaciones.
La experiencia de nuestros clientes nos ha demostrado que la mayoría de las aplicaciones necesitan una velocidad baja acoplada a un torque fuerte. Sin embargo, aquí, en Modec, somos capaces de realizar todas las combinaciones.
Además de las funcionalidades casi infinitas en términos de configuración, los motores neumáticos se adaptan a todos los entornos de trabajo con motores rectos o de transmisión de ángulo y, asimismo, opciones de mando a distancia.
Si desea información adicional sobre los motores neumáticos, no dude en descargar nuestra guía de motores neumáticos gratuitamente o solicite una consulta gratuita para explicarnos su proyecto.