Aunque menos generalizado que su colega el motor eléctrico, el motor neumático es un aliado formidable en aplicaciones sensibles donde los motores eléctricos ya no están adaptados. Su fiabilidad reside en su diseño simple y robusto que le permite resistir a cualquier sobrecarga o entorno hostil.
Un motor neumático pesa de 4 a 6 veces menos que un motor eléctrico de la misma potencia y es menos imponente. Esto equivale a decir que, a tamaño igual, un motor neumático podrá suministrar de 4 a 6 veces más potencia que cualquier motor eléctrico. En efecto, con el fin de evitar un recalentamiento del motor eléctrico en caso de temperaturas elevadas o sobrecargas, estos últimos son generalmente de tamaño grande. A menudo, los usuarios se dan cuenta de que, incluso esta técnica, no es suficiente e implica además un aumento considerable de costes.
Los motores neumáticos no se estropean cuando se bloquean en caso de sobrecarga y esto, sin tener en cuenta el tiempo que permanecen bloqueados. Cuando la carga vuelve a su valor normal, el motor vuelve a funcionar normalmente. El motor neumático no genera picos de intensidad cuando arranca. Se enfría continuamente mediante la distensión del aire que lo alimenta, lo que evita todo recalentamiento, incluso a velocidad elevada.
Dado que el motor neumático no contiene ninguna electricidad, la posibilidad de explosión en caso de presencia de gases inflamables disminuye considerablemente. Cuando el motor funciona, el aire suministrado enfría automáticamente el motor, lo que le permite su utilización a temperaturas muy elevadas. Por último, pueden utilizarse en entornos polvorientos, sin correr el riesgo de alterar el funcionamiento y no presenta ningún problema de compatibilidad electromagnética (CEM).
Las líneas de alimentación neumáticas son más baratas que las hidráulicas y su mantenimiento también. Con los motores neumáticos, se acabó el riesgo de fuga de aceite en los conductos hidráulicos que podría provocar la posibilidad de causar caídas, incendios, o contaminación de los productos.
No es necesario un sistema de protección y control sofisticado (disyuntor, contactores, variadores de velocidad, …), basta con un simple regulador de caudal /presión de aire.
Los costes de mantenimiento son reducidos. El diseño se ha demostrado, las piezas mecánicas están disponibles, no se requieren competencias y/o habilitaciones específicas .
El motor neumático se adapta perfectamente a las atmósferas limpias. Se ha diseñado para que utilice una pequeña cantidad de aire y no produce contaminación adicional. Además, el reciclaje de los motores es fácil, gracias a las materias de fabricación utilizadas.
Seguro que lo ha comprendido, los motores neumáticos son una alternativa a los motores eléctricos o hidráulicos en numerosas situaciones. Para todas las aplicaciones en condiciones difíciles (p.ej.: ATEX, temperaturas elevadas) y espacios pequeños, estos motores son la solución.